Ayer Apple presentó por fin la nueva versión de su teléfono, el iPhone 3G. La mayor parte de los rumores que circulaban por la red se cumplieron a rajatabla (conectividad 3G, GPS, colores negro y blanco, más finito que el actual, …). Sin embargo el terminal se queda con su cámara de 2MP (los rumores indicaban que incorporaría una de 5) y sin cámara frontal que permita la realización de video conferencia.
Después de un tiempo de pensar y varias conversaciones esta mañana en el trabajo, he decidido que no quiero un iPhone 3G (al menos en un futuro próximo). A continuación os pongo mis razones:
– Apple ya no vende el iPhone. Ahora son directamente las compañías telefónicas las que venderán los terminales. Esto lleva como consecuencia que todos los teléfonos que salgan de una tienda Movistar habrán sido activados con un contrato de permanencia de 2 años con la compañía.
– Aún está por ver cuál será la tarifa mensual que habrá que pagar a Movistar por tener el iPhone. Recordemos que en la primera versión del iPhone, cuando activabas el teléfono éste se debía acoger a uno de los planes de datos específicos para iPhone, que en USA con AT&T será de un mínimo de 30$ al mes.
– Después del verano me voy de España, por lo que si me compro un iPhone 3G y activo un contrato con Movistar estaré pagando una tarifa mensual que no usaré. Y, en el supuesto de que el nuevo iPhone se pueda liberar para usarlo en el país al que me vaya, el uso que le daría sería exactamente el mismo que el que le doy a mi iPhone actual, ya que al no hacer uso del 3G tampoco podría usar la funcionalidad de GPS ya que el Assisted GPS que incorpora el teléfono requiere de la red 3G para funcionar.
Así que me parece que esperaré a que el nuevo iPhone OS X 2.0 sea crackeado y actualizaré mi iPhone de primera generación, el cuál me acompañará aún por bastante tiempo. Al menos hasta que vuelva a España y me ate a Movistar comprando el modelo de iPhone que tengan para entonces, sea 4G, 5G o lo que haya.