Taronga Zoo

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Parece mentira pero tras llevar casi diez meses viviendo en Sydney aún hay actividades de las que podríamos denominar ‘must turísticos’ que no hemos hecho. Uno de ellos era la visita al zoo, que aprovechando las recientes visitas de amigos y familiares nos animamos a hacer aunque en dos grupos, primero Andrea fue con Alèxia y Miriam y una semana después yo hice lo propio con Pablo, Cris, Ángel y Laura.

El zoo de Sydney no sólo es especial por la gran cantidad de animales tanto australianos como del mundo que posee sino que también lo es por la localización en la que se encuentra, en plena bahía con vistas al centro de la ciudad como se puede apreciar en la imagen que abre el post. Para llegar al mismo se hace un bonito viaje en ferry en el que se van dejando atrás la Opera House y el Harbour Bridge. Además una vez llegado al embarcadero la forma de llegar a la puerta del zoo es usando un teleférico que te lleva por encima del mismo viendo a elefántes, girafas, canguros, etc.

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En cuanto al zoo en sí me sorprendió muy gratamente dado que mi última visita a uno había sido en Barcelona donde me pareció bastante cutre. Aquí la colección de animales es impresionante, he visto animales que no había visto en ningún otro sitio, por ejemplo:

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El Dragón de Comodo que es el lagarto más grande del mundo. Alucinante el tamaño que tiene este bicharraco y la lengua que saca, es para verlo en persona…

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El Panda Rojo, del cuál ni conocía su existencia y me dejó enamorado, sin duda se ha ganado un puesto en el top 5 de mis animales favoritos junto con el koala o el suricato por ejemplo. No pude evitar verle una similitud con los pokémon…

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La tortuga estrella y su original caparazón.

En fin, una visita muy recomendable para todos los que os paséis por Sydney!

Vuelta a las Whitsundays

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Con motivo de la visita de Pablo, Cris, Angel, Laura, Alèxia y Miriam organizamos un nuevo viaje a las islas Whitsunday esta vez en temporada seca para que las lluvias no nos lo arruinasen. El plan en esta ocasión fue distinto a la anterior, un viaje en velero de dos días y dos noches con lo que podríamos experimentar de primera mano lo que es la vida a bordo de una de estas embarcaciones.

El primer día no dio tiempo a gran cosa ya que embarcamos a eso de las dos de la tarde y allí se hace de noche muy pronto con lo que tras las instrucciones acerca de como llevar una buena convivencia en el barco algunos ayudaron a levantar las velas y nos pusimos a navegar rumbo al sitio donde pasaríamos la primera noche, tras la mítica Whithaven Beach, una de las playas con arenas más puras del mundo. Tanto es así que los únicos que están autorizados a llevarse arena de la misma es la NASA quien la utiliza para la elaboración de las lentes de sus telescopios.

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Al día siguiente nos despertamos y desayunamos con la compañía de algunas tortugas gigantes que se asomaban a la superficie para respirar, una imagen espectacular. Tras el desayuno nos llevaron por fin a Whithaven Beach, visita que teníamos pendiente desde que en nuestro anterior viaje debido a la mala mar no pudiésemos llegar a la misma. Creo que no hace falta explicar nada, las imágenes hablan por sí mismas.

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Allí pudimos caminar por el agua entre rayas y tiburones de arena, también una experiencia impresionante. Lástima no contar con nuestra equipación de snorkel allí para poder haber visto a estos bichos por debajo del agua en vez de desde la superficie.

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Por la tarde nos llevaron ya a hacer snorkel en uno de los arrecifes de coral de la zona y, aunque estuvo mejor que la primera vez que fuimos a las islas nada comparable con lo que pudimos ver en Cairns. Esta vez no teníamos cámara sumergible por lo que os quedáis sin fotos del coral… A la tarde pusimos rumbo a la playa en la que habíamos hecho buceo en el primer viaje. De camino unos delfines se nos unieron y nadaron junto a nosotros para nuestro deleite. Una vez en la playa pudimos disfrutar de la puesta de sol comiendo unos nachos y tomando unas cervecitas. Con eso concluimos el segundo día.

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El último día nos despertamos temprano para bajar a bucear a las 7.45 de la mañana. El neopreno aún estaba mojado del día anterior por lo que pasamos un pelín de frío hasta que nos sumergimos. Eso sí después las aguas a 27º nos acogieron gustosamente para que pudiésemos disfrutar de un paseo sobre el coral.

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Una vez de vuelta al barco alzamos las velas y nos pusimos a navegar a velocidad de crucero hacia el puerto de Airlie Beach donde concluyó nuestro viaje. Esta vez sí que podemos decir con la cabeza bien alta que hemos estado en Whitsundays y que hemos tenido el pack completo

Cumpleaños en las antípodas

El lunes pasado fue mi cumpleaños, 26 veranos nada menos (creo que no me falta ninguno)… Ya dejamos atrás el redondo número del cuarto de siglo para acercarnos peligrosamente a los 30…

En fin, que para celebrarlo y aprovechando que aún estaban por aquí Pablo, Cris, Ángel y Laura, decidimos organizar una fiesta en casa el viernes por la noche. Pasar un cumpleaños tan lejos de casa sin poder ver a los más cercanos se hace raro y se les echa de menos. Por suerte a la fiesta asistieron algo más de 20 personas que me hicieron darme cuenta de que a pesar de estar a 17000 km de casa aquí también tengo a gente que me aprecia y a la que yo aprecio mucho. Cheers on you!

En la fiesta no hice fotos así que en cuanto recopile algunas ya colgaré para que podáis ver lo animada que estaba la casa.

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En cuanto al día D, el lunes 13 de julio dediqué la mañana a pasear por Sydney con mis amigos antes de su partida de vuelta a tierras Ibéricas, momento en el cuál Andrea me llevó a cenar a uno de los mejores sitios en los que hemos estado en Sydney, el Café Sydney en Circular Quay.

Habíamos estado ya un par de veces en el mismo pero sólo para tomar algo, nunca para comer y realmente me sorprendió de forma muy grata. Con vistas al puente y a la Opera House degustamos primero un entrante de calabacín relleno de queso de cabra, mantequilla al limón, piñones tostados y alguna cosa más que me dejaré en el tintero… Como mains Andrea se pidió un filete de pez espada y yo un trozo de lomo de cerdo envuelto en jamón serrano y acompañado por un trozo de tocino (suena un poco basto pero estaba presentado de forma muy cool).

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Como colofón al día Andrea me hizo un regalazo al que le daré un montón de uso: un trípode nuevo que dejará relegado al maltrecho trípode que me regalaron en Fnac con la cámara y que estaba en las últimas. Además mis amigos de España me regalaron una camiseta oficial de la gira de este año de Oasis y los de aquí una camiseta y una bufanda para el invierno.

¡Como podéis comprobar no tengo motivos para quejarme!

Curiosidades de Melbourne

A continuación incluyo algunas fotos curiosas que tomé durante la estancia en Melbourne que por una cosa u otra me hicieron gracia.

Para empezar, la foto de Batman Avenue. Una ciudad que posee una avenida que se llama Batman ya solo por eso merece que se viva en ella. Tendré que buscar por Sydney la Robin Avenue a ver si existe…

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Seguimos con la vía del tren que va al fondo de mar. Supongo que será para bajar barcos remolcados en un vagón pero hay que reconocer que tiene su gracia.

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Continuamos con la tortilla china. No tengo ni idea de qué debe ser pero qué demonios, se parece a una tortilla de patata recubierta de sésamo. Habrá que probar a poner las semillitas por encima a ver si vamos a hacer un descubrimiento… La encontré paseando por China Town como es obvio.

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Y por último la más friki y la más guay de todas, la banqueta con forma de tecla Esc. Habla por sí sola…

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Comida Basura

Una de las características que posee toda ciudad australiana es la gran cantidad de locales de comida basura que el habitante puede encontrar. Aunque los australianos a diferencia de los ingleses tienen pasión por la buena y variada comida (hay infinidad de locales de tapas, sushi, thai, etc.) en las grandes ciudades no puedes salir a la calle sin encontrarte con 20 McDonalds, 20 Hungry Jacks, 15 Subways, 10 KFC y 5 de cada una de las cadenas que solo he visto en Australia: Rooster, Oporto, etc…

Como muestra valga esta foto que saqué en Melbourne de un Hungry Jacks pegado puerta con puerta a un McDonalds. Imágenes como esta se dan en todos sitios, por ejemplo en Sydney la entrada de George St para la estación de Winyard tiene a ambas cadenas de amburguesas enfrentadas una delante de la otra a ambos lados del pasillo.

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El buen observador se habrá dado cuenta de que no he mencionado al Burger King y que sin embargo el logo de Hungry Jacks se parece sospechosamente al antiguo de la cadena americana. En efecto en Australia no hay BK, o mejor dicho, se llama Hungry Jacks. La explicación de esto se puede seguir en este artículo de la Wikipedia.

Melbourne

A finales de mayo decidimos que era un buen momento para hacer nuestra primera visita a Melbourne. Realmente ya teníamos ganas de conocer la ciudad pero estas eran las fechas que mejor nos venían para poder hacer coincidir la visita con uno de los espectáculos del Cirque du Soleil, Dralion.

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Melbourne me pareció una ciudad con mucho encanto, llena de esculturas, con callejuelas pequeñitas plagadas de terrazas abarrotadas de gente, grafittis en las paredes, tranvía, taxis amarillos, no sé, pequeños detalles que hacen de la ciudad muy acogedora.

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El primer día paseamos por el centro durante toda la mañana conociéndolo al detalle hasta que fue la hora de asistir a la función del circo. De la función qué decir, era la primera vez que veía un espectáculo del Cirque du Soleil y la verdad es que me dejó alucinando. Me parece increíble que personas humanas puedan llegar a hacer tal tipo de cosas con tanta coordinación y sin errores… Imagino que no tendrán vida más allá del espectáculo y los ensayos.

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Por la tarde nos dedicamos a recorrer el barrio de Fitzroy, el barrio alternativo de Melbourne. La verdad es que era una pasada poder caminar por la calle más allá de las 6 de la tarde y ver tiendas abiertas. Y qué tiendas, alternativas al máximo, tan vintage que tenían hasta el olor a viejuno que hace que no quieras comprar ni una sola prenda de las que albergan… Yo al final me compré una camiseta de Homer Simpson.

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Al día siguiente fuimos al barrio de St Kilda, donde se encuentra la «Bondi Beach» de Melbourne, aunque cualquier parecido con la misma es pura coincidencia. La playa en cuestión es bastante artificial y bien me recordaba a la Barceloneta, en la que no te dan ganas de bañarte ni aunque haga cuarenta grados. Eso sí, el barrio en sí bastante bonito para darse un paseo pero para vivir nada como nuestro amado Bondi Beach.

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Por la noche volvimos a Fitzroy a que las chicas terminasen sus compras y después paseamos por la zona donde encontramos el Melbourne Museum en los Carlton Gardens donde encontramos una cantidad enorme de possums que viven en sus árboles.

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A ver cuándo volvemos para conocer la ciudad con más detalle y hacer algo de vida cultural por sus museos.

Back to life

Bueno, ha sido casi un mes sin actualizar esto pero esta vez ha habido una buena excusa, la visita de estado de los Reyes que nos quitó nuestra vida social durante el último mes. El caso es que en el marco de dicha visita la Oficina Comercial organizaba un encuentro empresarial entre compañías australianas y españolas que era precisamente inaugurado por el rey.

Durante las últimas semanas se trabajó duro en la oficina saliendo de noche cada día e incluso pringando los sábados. Afortunadamente todo eso pasó el viernes de la semana pasada por lo que ahora vamos poco a poco recuperando nuestras vidas. A lo largo de estos días intentaré documentar cosas que tengo pendientes como nuestra primera visita a Melbourne para ver el Cirque du Soleil y nuestro paso por Canberra y la South Coast para aprovechar el puente del 8 de junio (Queen’s Birthday).

Además ayer se inauguró la temporada alta en el Hotel en el que se convertirá nuestra casa durante este invierno con la llegada de la hermana de Andrea y su amiga. Mañana también llegarán cuatro amigos más y para celebrarlo este fin de semana nos iremos a las Whitsundays a disfrutar de un crucero de dos días y dos noches. Durante todo el mes de agosto continuarán las visitas hasta que en septiembre se empiece a vislumbrar un ápice de primavera.

Presentando el nuevo piso

Aunque me había propuesto por enésima vez darle más continuidad a mis publicaciones, esto se ha complicado debido a que en la oficina estamos hasta arriba de trabajo y por las tardes o no hay tiempo o no hay ganas. El caso es que a finales de mes viene Juancar con Sofi y el todo el séquito y desde la oficina estamos organizando un monton de cosas… Así que probablemente el blog no vaya a ser muy actualizado de aquí al final de junio…

Pero bueno, no nos despistemos y vamos a lo que vamos. Como comentaba en el post anterior, ya nos hemos mudado a nuestro nuevo hogar, ahora sí, ya en la City. Es por esto que el pasado fin de semana Andrea y yo grabamos un vídeo para enseñároslo al igual que hiciésemos con nuestra anterior casita de Bondi Beach. Así que nada, sin más os dejo con el vídeo en cuestión para que os hagáis una idea de por dónde andamos ahora 🙂

Fireworks

Aunque la casa aún no está 100% presentable ya podemos decir que se puede vivir perfectamente en ella, de hecho esta tarde espero que todo quede más o menos listo. Para celebrarlo y puesto que Andrea se iba a casa de Eva para su ración semanal de Ventdelplà, invité a Olimpio, Fernando y Manel a que se viniesen a tomar una cerveza para estrenar la terraza de casa.

Para nuestra sorpresa en un momento dado comenzaron a lanzar fuegos artificiales cerca del Harbour Bridge, aunque para nada comparables con los de fin de año. Sin dudarlo un momento me apresuré a coger la cámara de fotos para poder hacer las primeras capturas desde la nueva terraza a las que fijo que seguirán muchísimas más.

Os dejo aquí un par de ellas como primer acercamiento al nuevo piso 🙂

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Intenso fin de semana

Después de un largo fin de semana podemos por fin decir que ya es oficial, se ha materializado nuestro cambio de residencia en Sydney. Hace unas semanas comenzamos a plantearnos si realmente merecía la pena estar durante todo el año viviendo al lado de la playa ahora que anochece a eso de las 5.30 y Andrea llegaba todos los días a casa de noche. Salvo por los fines de semana en los que aún hace buen tiempo no pisábamos la playa de lunes a viernes desde hacía semanas.

Así que empezamos a mirar como estaba el mercado del alquiler por la ciudad y la zona elegida fue Potts Point, un barrio muy acogedor colindante con Kings Cross, con lo que la fiesta está asegurada. El día de la toma de posesión de llaves era el pasado sábado por lo que una vez con las mismas en mano nos fuimos a alquilar una furgoneta para llevar a cabo la mudanza en el menor tiempo posible.

Gracias a la inestimable ayuda de Olimpio conseguimos traer casi todo de un viaje y a continuación pusimos rumbo a IKEA puesto que la nueva casa, a diferencia del estudio de Bondi Beach no traía cama incorporada. Un par de horas más tarde y con una cama, un tocador y un par de taburetes nuevos volvimos hacia la nueva casa para empezar a montar todos los muebles, tarea que finalizamos a eso de las 2 de la mañana. Esa noche sin embargo queríamos que fuese la última de Bondi así que volvimos a dormir a la playa.

Al día siguiente Andrea y yo recogimos las cosas que no habíamos podido llevar el día anterior e iniciamos la intensiva limpieza al piso que tenemos que dejar. Tras dejar todos los bártulos en el nuevo piso decidimos tomarnos el resto del día libre y nos fuimos a comer y cenar por ahí.

A lo largo de esta semana iremos colocando todas las cosas en su sitio ya que ahora mismo la casa está llena de maletas y bolsas por todos lados. ¡En cuanto tengamos todo a punto haremos un nuevo vídeo de presentación como el que en su día hicimos en Bondi!