¡Ballena a la vista!

Ya sabíamos cuando veníamos a Australia que veríamos animales extraños y pintorescos como canguros y koalas, pero realmente nunca me había planteado que pudiésemos ver una ballena. ¡Y menos desde la playa que tenemos a dos minutos de casa!

La cola de la ballena

Sucedió el domingo mientras observábamos las esculturas del camino entre Bondi Beach y Tamarama. Vimos un gran grupo de gente mirando hacia mar adentro y en un alarde de originalidad nos pusimos a hacer lo que hacía todo el mundo, en plan masa borreguil. Resultó ser que una ballena se había dejado caer por Bondi Beach nadaba y saltaba para deleite del personal. Lamentablemente las fotos no son gran cosa pero ahí queda al menos la prueba del avistamiento.

La ballena saltando

Sculpture By The Sea

Una de las esculturas simulaba un Scrabble

El domingo aprovechamos que era el último día que la exposición Sculpture by the Sea estaba accesible para dejarnos caer por el camino que va de Bondi Beach a Tamarama Beach. Dicha exposición consistía de varias esculturas repartidas a lo largo del camino que une estas playas. Dado que era el último día y además domingo, nos encontramos con que había muchísima gente lo que dificultaba la visita. Era como estar en George Street a las ocho de la mañana.

Andrea con Andy Warhol

Realmente había de todo, tan pronto ibas paseando y te encontrabas con el tío Warhol y su lata de salsa de tomate Campbell’s como te encontrabas con unos gigantescos aviones «de papel» clavados sobre el césped como tantas veces nos ha pasado a nosotros mismos.

Aviones de papel clavados en el césped

Escultura confundida con el mar

Al terminar en Tamarama estuvimos presenciando las esculturas que quedaban repartidas por la arena de la playa y posteriormente nos hicimos la foto de grupo de rigor, sin mi que era quien disparaba la cámara…

Otra de las esculturas ya en la arena de Tamarama

Foto de grupo

Si queréis ver el resto de esculturas, algunas de ellas muy bonitas pero que no he puesto aquí para no recargar el post, no dejéis de pasaros por mi colección en Flickr.

Cruzando el puente

El domingo de la semana pasada se celebraba en Sydney una especie de marcha llamada Sydney’s Seven Bridges que consistía en hacer un circuito de unos 25 km recorriendo la bahía pasando por los principales puentes.

La Opera house en segundo plano vista desde Harbour Bridge

Como para nosotros el circuito completo era un poco demasiado nos levantamos con la calma y nos dirigimos al mercadillo de The Rocks donde nos encontraríamos con el resto de la gente. Tras dar un paseo por los diferentes puestos nos dispusimos a cruzar el Harbour Bridge por primera vez, ¿Qué mejor ocasión!

Uno de los puestecitos del mercadillo de The Rocks

Realmente el puente visto desde dentro es un poco feo, se ve como demasiado industrial, un trozo de metal demasiado grotesco. Supongo que más o menos como la idea que tenían los parisinos allá por 1888 de la Torre Eiffel. Además el camino se hace de lo más agobiante ya que todo el circuito discurre entre rejas que impiden que la gente se tire desde el puente al mar. Era como caminar por Guantánamo.

La jaula de Harbour Bridge

Como contrapartida las vistas de la bahía son bastante ponitas viéndose la Opera House de frente con los rascacielos del CBD detrás. Al llegar a la parte norte de Sydney encontramos justo donde termina el puente unas mesas en plan merendero por lo que cada uno se compró lo que quiso en el take away de turno y todos disfrutamos de una entretenida sobremesa.

Ver resto de fotos en Flickr.

Ya establecidos en Bondi Beach

Ayer por fin era día 30, el ansiado día en el que podíamos incorporarnos a nuestra nueva casa. Para mi todo comenzó como de costumbre a las 8 de la mañana viniendo a la oficina. Sin embargo Andrea decidió que para estar cruzada de brazos sin hacer nada mejor se iba a buscar la llave de casa a la agencia y se metía nada menos que tres viajes para llevar todo el equipaje al piso. Cuando me contó su hazaña no salía de mi asombro.

Así pues cuando llegó la hora de salir del trabajo, en lugar de ir a llevar cosas a casa me fui al centro donde habíamos quedado para tomar un tren con destinación IKEA. Nos acompañó María, que también quería comprar cosas para su nueva habitación. Cuando teníamos todo comprado nos dimos cuenta de la triste realidad, era imposible e inviable llevar todo eso a casa, así que contratamos el servicio de home delivery y nos fuimos de IKEA con las cosas que se negaban a llevarnos a casa (cosas de romper o pequeñas) y unos 800 dólares menos. Esto último me pareció toda una proeza ya que tal como está el dólar ahora son unos 400€ y, oiga, amueblar una casa por 400€ no está nada mal.

Lamentablemente aún no tengo fotos que subir, pero mejor aún porque así veréis la casa ya con todo bien montadito. Hace unos diez minutos me ha llamado Andrea diciendo que los de IKEA ya habían traído las cosas, así que esta tarde destornillador en mano procederemos a montarlas.

El domingo vamos a buscar el sofá. Con eso y cuando consigamos una nevera y puede que una lavadora, ya tendremos el piso listo!

Excursión a las Blue Mountains

El sábado pasado era el día que habíamos elegido para salir de Sydney por primera vez desde que estamos aquí. El destino seleccionado era el parque nacional de las Blue Mountains, una de las principales atracciones turísticas del área de Sydney.

Salimos bien temprano en un tren infernal de dos horas que nos dejaría en el pueblo de Katoomba, lugar en el que cogeríamos el Explorer Bus que nos daría el tour por el parque. Para quien quiera hacer la visita desaconsejo totalmente pillar el bus en cuestión ya que es muy caro (y eso que nosotros lo compramos con un pack junto con el billete de tren). Ya in situ se pueden comprar billetes con otras compañías que hacen recorridos similares por casi mitad de precio.

Katoomba

Desde Katoomba cogimos el autobús, un double decker londinense que nos dejó a mitad de camino entre el pueblo y Echo Point, primer punto turístico que teníamos intención de alcanzar. Pese a que el camino está lejos de ser una pista de senderismo debido a lo turístico del lugar (había lugares asfaltados y preparados para discapacitados), no nos podemos quejar ya que las vistas que nos ofrecía del valle eran inmejorables.

Vista del parque natural de las Blue Mountains

En el camino hacia Echo Point pasamos por unas bonitas cascadas donde paramos para mojarnos un poco los pies y hacernos unas fotos.

Descansando en las Katoomba Falls

Cuando estábamos en uno de los puntos más altos y desde donde ya se veía el Echo Point decidimos que era buen momento para parar a comer nuestros bocadillos. Recibimos la visita de infinidad de hormigas y más bichejos varios pero en ningún momento nuestra integridad física estuvo en peligro 🙂

Vistas desde el lugar donde comimos

El grupo justo después de comer

Una vez llenamos el estómago ya nos dirigimos directos al susodicho Echo Point, lugar desde el que se pueden presenciar las famosas Three Sisters. Se trata de tres rocas que según la leyenda aborigen son tres jovencitas a las que su padre convirtió en roca y dejó aquí, en las Blue Mountains, para defenderlas de un ser malvado.

Esto son las Three Sisters. Ni más ni menos.

Además de las Three Sisters pudimos presenciar a un aborigen que estaba tocando su didgeridoo hasta que una bandada de chinos le asaltaron para hacerse fotos con él. Lástima que no llegase antes para hacerle una foto en plena actuación.

El aborigen acosado por los chinos

Después de haber hecho el primer recorrido turístico nos dirigimos a coger de nuevo el autobús para ir a ver las Gordon Falls. Una vez allí las cascadas nos decepcionaron bastante ya que se veían desde muy lejos y no eran muy caudalosas. Es por esto que decidimos hacer la segunda ruta a pie del día, desde allí hasta las Leura Cascades.

Este segundo camino si que ya era más auténtico y se podría calificar ya de ruta de senderismo, si bien en algunas ocasiones discurría paralelo a la carretera lo que le restaba bastante glamour. En algunos puntos del trazado parecía que estuviésemos inmersos en la selva. Ojo a los helechos, que tenían un tronco como si de un árbol se tratase.

Una parte del trazado selvático

También disfrutamos una vez más de las vistas que nos proporcionaba el parque natural.

Juan asomándose al abismo

Después de unos tres cuartos de hora de camino llegamos por fin a las Leura Cascades, sin duda el enclave más bonito de toda la excursión. Prácticamente metidos en una cueva pudimos disfrutar de la bajada del río y tomar fotos como las que os presento a continuación.

El inicio de las Leura Cascades

Las cascadas desde la cueva

Finalmente un amable aussie nos acercó en coche hasta Leura donde habíamos quedado con Dani y Mari Cruz. Allí terminamos el día tomándonos una merecida CocaCola.

Ver el resto de fotos

Últimos días de homeless

Como dije en el anterior post ya hemos abandonado la casa de Mari Cruz y Eva y llevamos dos noches de las tres que teníamos que alojarnos en hotel. Eso significa que mañana por fin es el día en que nos mudaremos a nuestro nuevo hogar, al de verdad.

Es por esto que ahora tenemos que iniciar los trámites que conlleva irse a una casa nueva (comprar sábanas, platos, muebles, etc.). Mañana una vez hayamos dejado las maletas en casa iremos a IKEA (sí, en Australia también hay) a comprar una alfombra, una mesa de café, sábanas y cosas para la cocina. Mientras tanto ayer cerramos un trato brillante por el que adquirimos un sofá casi igual al que pensabamos comprarnos en IKEA (que costaba nuevo más de 450$) por 100$, unos 50€ tal como está el cambio estos días. El sofá está nuevo, no sé por qué lo venden tan barato pero oye, no seremos nosotros los que nos quejemos. Podéis ver una foto de catálogo aquí debajo.

Sofá de IKEA para nuestra casa

El color blanco va a ir de lujo con el estudio, ya veréis. Cuando tengamos el pisito más o menos montado haremos un vídeo y lo colgaremos en YouTube para que podáis daros un tour por él. Por el momento solo nos queda hoy llamar a la compañía eléctrica y a los del gas para decir que mañana entramos y que mañana por la mañana Andrea vaya a buscar las llaves del piso!

Australia, patria querida

Hoy voy a hacer una actualización cortita porque no tengo demasiado tiempo. Más que nada es una curiosidad que nos encontramos el otro día mientras íbamos caminando por el barrio de Redfern para asistir al concierto de Midnight Juggernauts, Van She y British India entre otros. Y es que el mundo es muy pequeño (y los asturianos estamos en todas partes…).

Bandera de Asturias en Redfern

Este fin de semana estuvimos de excursión en las Blue Mountains. En cuanto termine de procesar las fotos las subiré a Flickr y prepararé un post al respecto. En otro orden de cosas hoy dejamos la casa de Mari Cruz y Eva para instalarnos por tres noches en el hotel en el que me quedé los primeros días. ¡El jueves ya nos podremos mudar a nuestro nuevo hogar!

De visita en Manly

El sábado pasado pillamos un ferry desde Circular Quay con destino a Manly, un pueblecito playero al nordeste de Sydney. El objetivo era pasar el día en la playa y volver después de comer con tiempo para descansar un poco antes de salir.

El paseo en ferry es una gozada, como todos los que se pueden dar por el puerto de Sydney ya que gozas de unas vistas espectaculares, como las que presenciaba la señora a la que podéis ver debajo.

Señora presenciando el Skyline

Tras un paseo de unos veinte minutos presenciando el skyline de Sydney, la Opera House, el Harbour Bridge y los chalecitos de lujo de Double Bay se llega a Manly.

Detalle de Sydney desde el mar

Manly es un pueblecito muy pequeño en el que encuentras una tienda por cada marca de surf conocida (Quicksilver, Billabong, Rip Curl, …) están todas. No en vano Manly es uno de los sitios fuertes de la zona para practicar el deporte. Por cierto, de Manly se habló hace poco por ahí por ser la playa donde se puede ver un tiburón mientras la gente hace surf en Google Maps.

Un plano del mercado de la Elementary School de Manly

Como era sábado era día de mercado, así que nos dimos un paseo por el mismo buscando alguna ganga pero nos fuimos con las manos vacías ya que teníamos ganas de playa. Así que sin más nos dirigimos directos a la playa dispuestos a pasar allí un buen rato pero no a bañarnos ya que aún estaba recuperándome de mi catarro.

Una vista de la playa de Manly

Lo cierto es que poco aguantamos ya que el sol pegaba de lleno y, no se si será por el agujero de la capa de ozono pero aquí el sol cuando dice que da es que da. Así que al poco de estar tirados encima de la arena (ni una triste toalla tenemos aún) decidimos comprarnos algo de comer. El menú, un suculento fish, calamari and chips combo box y un no tan suculento garlic prawns with rice.

Andrea esperando por mi para comer

Calamari, fish and chips combo box

Garlic prawns with rice

Después de comer decidimos que era momento de tomar el ferry de vuelta así que volvimos paseando al muelle. Una buena excursión para pasar el día.

Más fotos en Flickr.

Cómo meterse un zoológico en el estómago y no morir en el intento

El bar en cuestión se llama Australian Hotel y está en el distrito de The Rocks, al lado de la zona de la Opera House y el Harbour Bridge. No cabe duda de que es un bar para guiris y para captar la atención del incauto que viene a tierras australianas de visita.

El menú: Pizza de Cocodrilo para empezar, seguida de una pizza de Emu y para culminar una pizza de Canguro. Al final creo que en el estómago no ganó nadie, se produjo un empate técnico pese a los intentos del cocodrilo por comerse a los otros dos. Por cierto, para quien no conozca al emu (yo antes de venir a Australia no tenía ni idea) es como una especie de avestruz, concretamente el animalillo que acompaña al canguro en la imagen de cabecera del blog.

Con las tres pizzas en el restaurante

El veredicto: El cocodrilo tiene muy poco sabor y el emu y el canguro están muy ricos. Carne un poco dura pero muy sabrosa.

La crónica completa en el blog de Andrew, yo solo quería dejar constancia por aquí de tamaña proeza.

Visita al Sydney Aquarium

Vista general de uno de los tanques con tiburones

La semana pasada decidimos pasar una tarde entre los animalejos del acuario de Sydney, el cuál se encuentra en la zona de Darling Harbour. Lo cierto es que aunque esperábamos ver algo espectacular no se diferencia demasiado del acuario de Barcelona que visitamos hace algunos meses.

Además de pececillos varios entre los que podemos destacar los «Nemos» y los tiburones también se pueden contemplar reptiles como cocodrilos o iguanas y algún pingüino.

Una pareja de peces payaso en su anémona

Uno de los tiburones del acuario

Lo más destacable es el acuario que tienen dedicado a la barrera de coral. En este sentido sí que le mete un gol al de Barcelona ya que se pueden presenciar diversas especies de corales y la fauna que por ellos habita. Era como si la peli de Buscando a Nemo hubiese saltado de la animación a la realidad.

Uno de los reptiles que posaron para nosotros

Una visita recomendada para quien no haya acudido a un acuario grande antes. Podéis ver más fotos en la