Dicen los becarios de cámaras autonómicas que ya llevan aquí desde enero que hemos tenido muchísima suerte de haber llegado cuando hemos llegado, y es que la semana pasada estábamos invitados a un par de eventos de estos interesantes que parece ser que no son muy frecuentes.
El primero de ellos fue hace una semana, el lunes pasado. Se celebraba la presentación del segundo número que la revista Gourmet Traveller dedicaba a la cultura culinaria española. Dicha presentación tenía asociado un cocktail en el que nos ofrecieron abundantes productos de la tierra que estoy seguro habríamos apreciado mucho más de haber tenido lugar el evento dentro de cuatro o cinco meses.

Cuando el cocktail finalizó yo me dirigí a casa ya que Andrea se había quedado allí porque no tenía invitación y además estaba bastante resentido de mi catarro por lo que decidí volver para reposar al contrario que el resto de compañeros, quienes siguieron la fiesta en uno de los locales más chic de Sydney.
El segundo evento de la semana era el concierto que había organizado el Cónsul con motivo de la celebración del día nacional. El concierto tuvo lugar en el Conservatorio de Sydney y consistió en varias piezas de piano interpretadas por un amigo del Cónsul.
Andrea tampoco tenía invitación para este evento pero no fue en absoluto difícil colarla tanto al concierto como al posterior cocktail en el que se podían degustar canapés y caldos españoles, eso sí, no de tanta calidad como los del anterior evento.
Una vez finzalizado el cocktail y debido a la proximidad del conservatorio con respecto a la Opera House nos desplazamos al Opera Bar para tomar algo hasta eso de medianoche (bien entrada la noche hablando en términos australianos).

Para terminar la semana el viernes recibimos en la Oficina Comercial la visita del nuevo Embajador de España en Australia, el cual se vino a presentar debido a que desde su toma de posesión aún no se había pasado por nuestras dependencias.
En resumen, una semana de ponerse traje 3 días de los 5 laborables. Y ahí no acaba la cosa ya que el mismo viernes por la tarde recibimos un correo de la jefa en el que nos hacía llegar su decisión de establecer un dress code en la oficina que nos obligaría a venir de traje de lunes a jueves (viernes casual Friday). Tras un pequeño motín hemos conseguido atrasar la entrada en vigor de esta norma hasta enero. Algo es algo…












