Finalmente llegó el domingo que nos tocaba volver de Japón. Había sido una semana muy intensa y por eso el último día nos lo queríamos tomar con un poco más de calma.
Nos levantamos más tarde de lo habitual, a eso de las 10 para dejar todo listo y emprender camino hacia el Yoyogi Park, en busca de los típicos friáis y rockabillies que allí se dan cita cada domingo.
Al llegar se ve que aún era demasiado temprano por lo que nos dedicamos a pasear por el parque visitando su templo sintoísta así como a descansar sentados sobre el césped.
A eso de las 12 decidimos darle otra oportunidad y entonces sí que ya vimos a un grupo de rockabillies con sus tupés y su indumentaria rockera.
De vuelta hacia la estación de tren también vimos a un friki que bailaba y posaba para las fotos de los turistas.
Y Andrea se hizo una foto con una niña monísima vestida con traje tradicional.
Habíamos decidido terminar el día igual que empezamos al llegar a Tokyo, con un paseo por Shibuya. Así que desde Yoyogi nos dispusimos a bajar caminando.
La bajada la emprendimos a lo largo de Takeshi-dori, una calle repleta de tiendas y sobre todo de gente.
Para cuando estábamos a punto de llegar a Shibuya nos entró el hambre por lo que decidimos meternos el último ramen del viaje en un pequeño restaurante bajo la vía del tren. Rico rico.
Al llegar al cruce de Shibuya fuimos a visitar la estatua de Hachiko, un perrito que cada día acompañaba a su dueño a la estación de tren e incluso siguió haciéndolo hasta once años después de la muerte de este. Me parece que Hollywood está a punto de sacar una película centrada en el perro.
Después de ver a Hachiko paseamos un rato por la colina de los love hotels y aprovechamos para hacer las últimas compras en las tiendas de Shibuya.
Como no teníamos mucho más tiempo volvimos a casa de Germán a buscar las maletas y de ahí nos fuimos directos al aeropuerto donde no nos pudimos resistir a seguir el consejo de Santi y cenar una McTeriyaki Burger.
¡Y con esto se terminó un gran viaje que esperamos ampliar en un futuro ya que aún nos quedó mucho Japón por ver!
Esos ramen tenían mu buena pinta. La peli del perrín, ¿no es la que protagoniza Richard Gere, y que ya se estrenó? Dicen que es aburrida, pero a lo mejor, el que lo dijo, también podría decir que El marido de la Peluquera, Amelie, o La Ciudad de los niños perdios son aburridas. Me recordó a ese episodio absolutamente emocionante de Futurama; si lo viste ya sabes de cual te hablo; un torrente de lágrimas (al menos mi hermano mayor, al que ya viste, lloró).
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Coño, si esos Rockabillies me suenan a mi de algo! No son los mismos del video «Nothing to worry about» de Peter,Bjorn and John? Q cosas oye…
Por cierto, peazo viaje y peazo crónica q has hecho tmb 😉
Venga, vamos a apuntar Japón a la lista de viajes pendientes.
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