Ya estoy otra vez en Oviedo. Los últimos días han sido tan intensos que aún no me ha dado tiempo a asumir que he vuelto.
El lunes nos levantamos muy temprano porque había que terminar de limpiar la habitación para la revisión que haría monsieur Tomatis a las 9.45. Después teníamos que ir a recoger el papel para ir al banco a buscar la fianza, ir a la EPFL a devolver las llaves del despacho de Andrew e ir a cambiar todos los francos suizos por euros. Cuando volvimos a casa caímos rendidos en una siesta de hora y pico hasta que la realidad nos despertó, había que salir hacia la estación de trenes.
El viaje a la estación de trenes con su continuación al aeropuerto de ginebra y al Prat fue una pesadilla, nunca pensé que pudiera resultar tan complicado llevar el equipaje pero problemas técnicos con una maleta nos amargaron el viaje…
Una vez llegamos a Barcelona nos fueron a recoger al aeropuerto los padres de Andrew y cenamos con ellos en casa. No hubo mucho más tiempo, a la cama que al día siguiente había que aprovechar.
No nos levantamos temprano, el objetivo era dormir la mañana y descansar y casi lo conseguimos, al final nos levantamos sobre las 11 y pico y entre hacer unas cosas y otras por casa nos dieron las 14.30. Sobre esa hora salimos en dirección a… el zoo! Nunca había ido al zoo de Barcelona y de hecho hacía muchos años que no iba a uno, y Andrew también, así que decidimos pasar allí la tarde. A las 17.00 salimos del zoo en dirección al Prat y al final logramos llegar a tiempo para pillar el avión. En el aeropuerto no tuve mucho tiempo para relajarme ya que había bastante cola y las máquinas de check-in automático estaban apagadas. Al final fue facturar y embarcar así que no me pude ni comprar un bocadillo…
Me pasé todo el vuelo pasando las fotos de las dos semanas al iPhoto y después el autobús a oviedo llenándolas de tags así que cuando me di cuenta ya estaba en casa. Pero no sería ahí el momento de descansar ya que había quedado con Orne a las 22.15 en Masaveu 55 para asistir al concierto de Declan de Barra (y a todo esto eran las 22.00), así que dejé las maletas y me dirigí al bar en cuestión. Por el camino le escribí un mensaje a Andrea para decirle que había llegado y fue al terminar de escribirlo y levantar la cabeza cuando me di cuenta de que ya no estaba ni en Lausanne ni en Barcelona, estaba en la calle Muñoz Degraín de Oviedo. Es como si hubiese parpadeado y hubiese pasado del sofá de la Av des Bains 9c a Oviedo pasando por barcelona. Para los de Lost, algo como lo que le pasó a Desmond al girar la llave.
La verdad que estas dos semanas en Lausanne se me pasaron volando, hice muchas cosas y me lo pasé genial… Lo echaré mucho de menos, sobre todo estos días que tengo que estudiar IA, aunque lo que más echaré de menos no será Lausanne ni su lago ni sus sitios, es la personilla que tuve que dejar en Barcelona…
Que bonito ese final de post…poeta! 😉
PD: A ver si este sabado quedamos los luleanos y hacemos que los de Vodafone se arrepientan de la promoción de Navidad…
Me gustaMe gusta
«algo como lo que le pasó a Desmond al girar la llave.»
Jajajjaaj Grandioso!
Me gustaMe gusta
sisi vamos a salir, podiamos ir a la feria de Abril que ahora abren los bares de la uni por la tarde!!
Muy bonito Viti, seguro que haceis muchos mas viajes juntos y por cierto voy a convencer a estos que ya toca ir a Oviedo..
besotes
Me gustaMe gusta