Una mezcla de tener algo que hacer en el trabajo, tardes más ocupadas de lo normal y vagancia, en proporciones de 25%, 37.2% y 37.8% respectivamente me han mantenido sin actualizar el blog durante el período más largo desde que llegamos a Australia, hasta el punto de que mi señora madre me haya tenido que llamar la atención porque «no pongo nada». Pues bueno, hoy que la cosa está más tranquila voy a intentar retomar las cosas donde las dejamos, en el viaje a Tasmania.
Como Andrea ya contó al detalle el viaje en su día, me voy a centrar en uno de los aspectos que más me llamaron la atención, la fauna que pudimos observar durante el viaje, de lo más variada que hemos visto hasta ahora. Cuando uno se entera de que en Tasmania no hay ni canguros ni koalas a priori puede pensar «pues vaya chufa, bueno, al menos veremos diablos de Tasmania, porque por eso se conoce a la isla no?». Después te enteras de que el diablo de Tasmania está en grave peligro de extinción y que es prácticamente imposible encontrarse uno, y mejor por otra parte oye, que un animal agresivo cuya mandíbula es tres veces más potente que la de un pitbull no es el tipo de bicho que a uno le gustaría encontrarse en medio de un bosque.
Pero lo cierto es que Tasmania tiene muchas otras especies de animales a priori desconocidas o que no te esperas encontrar así como así y que cuando lo haces te quedas con la boca abierta. A continuación os dejo con las mejores fotos de las especies que de una u otra forma pudimos disfrutar en la «isla del sur».
Empezamos con los wallabies que son como canguros pero en pequeñito. Son muy simpáticos aunque alguna especie se parece a una rata gigante y da un poco de asquete. De todas formas pongo las fotos de los bonitos.
Otro de los marsupiales menos conocidos es el wombat. A caballo entre un cerdo y un oso es una animal muy simpático y entrañable. Durante la tarde del día que pasamos en el Cradle Mountain National Park vimos unos cinco, de los cuales el único que no vimos desde el coche es el que os pongo aquí debajo.
Por último, y lo que menos me esperaba que iba a poder ver en este viaje fueron los pinguinos. Después de la decepción de no poder ver pinguinos en Nueva Zelanda había perdido un poco la esperanza por aquello de estar en pleno verano y que los pinguinos habrían emigrado a tierras más gélidas, pero parece que Tasmania estaba lo suficientemente al sur para poder ver unos cuantos en el pueblo de Bicheno. Tuvimos que esperar a que se hiciese de noche para que saliesen pero mereció la pena.
Por último y para saciar a los curiosos, sí, vimos un diablo de Tasmania. El único pero es que estaba en unas condiciones un poco indeseables…
Se ve que es frecuente que salgan a la carretera para comerse a los possums que han sido atropellados por algún coche. Una presa fácil que a veces resulta en el diablo teniendo el mismo final…
¿Un oposum es algo parecido a una rata no? desde que vi cierta película, la verdad es que casi me gustan (las ratas, que es curioso, pero el grupo australiano extinto INXS me las recordaba en plan de broma). Por otra parte, seguro que un koala en brazos es mas rebelde que uno de esos wombats, que creo que son bastante pacificos.
Me gustaMe gusta
Ahora que ya lo has visto prácticamente todo (venga, va, aceptamos el diablo de Tasmania despachurrado), sólo te queda el más difícil todavía… a ver cuándo ves un ornitorrinco, je, je.
Me gustaMe gusta
jklll
Me gustaMe gusta
hay fotos muy monas pero la del animal muerto pobre!!!!!!!!!
q asco! xd 😦
Me gustaMe gusta
yo creo que es muy linda la fauna no solo de ese pais sino de bastantes paises y no tiene nada de malo la ultima foto alcontrario es dependiendo la persona y el morbo con que la vea y al contrari ojala que aun se pueda hacer algo para evitar la extincion de este lindo animalito
Me gustaMe gusta