Aprovechando que la mayoría de becarios están de viaje y que ayer íbamos a estar Juan, Miriam y yo prácticamente solos en la oficina, decidimos que para hacerlo más llevadero cada uno cocinaríamos una delicatessen y las degustaríamos juntos en la sala de juntas.
Así pues el menú consistió en una gran tortilla de patata cocinada por Miriam, unos deliciosos «flamenquillos» que trajo Juan y una tortilla de espinacas que aporté yo. Personalmente me abstuve de probar mi plato pues había cenado parte de la tortilla el día anterior y puesto que había una barbaridad de comida habría sido excesivo.
¡Habrá que repetirlo con más gente!