El domingo pasado después de despertar nos fuimos de excursión a Girona. Entre unas cosas y otras llegamos a Girona justo para comer así que tras una pequeña vuelta de reconocimiento decidimos comer en la Plaça Independencia en un restaurante con unas bonitas vistas al río.
Después de comer ya dimos una vuelta más grande por todo el casco antiguo, la catedral y la antigua muralla. El casco antiguo me pareció una pasada, lo tienen muy cuidado y soper limpio. Daba gusto pasear por aquellas calles. Además al ser domingo por la tarde estaban prácticamente desiertas.
En cuanto a la catedral tuvimos suerte ya que los domingos la visita es gratuita, por lo que pudimos pasear por el claustro y visitar todos los tesoros de la misma. La catedral en sí es bastante oscura, no invitaba mucho a la alegría…
Cuando se nos echaba la noche encima volvimos al coche y nuevamente emprendimos camino a Barcelona, eso sí, soportando una buena caravana que nos hizo perder unos tres cuartos de hora.