A las 6 de la mañana sonaba el despertador (otra vez…) y la luz ya entraba a borbotones dentro de nuestro hotel particular. No se como durmieron el resto pero mi noche fue bastante buena, tan solo me desperté una vez a eso de las 3:30 y después ya tiré hasta las 6. Lo del frío bastante soportable, como decía en el post anterior tan solo por la cara.
Una vez salimos del iglú y recogimos todas nuestras pertenencias Michi y Jorge se empeñaron en que había que destruirlo. Así pues, sin pensarselo dos veces los dos se subieron a la cima del iglú y se pusieron a dar saltos. Fue ahí donde descubrimos lo resistentes que pueden llegar a ser 20cm de nieve. La unica forma de hacer un agujero fue clavando la pala. El iglú resistió y mucho!
Tras esto abandonamos nuestro «hogar» y subimos al meeting point para tomar el desayuno (otra vez rancho militar total) y salir hacia la base de nuevo. En la base poco faltaba por hacer, simplemente entregar el material que nos habían dejado. Salvo la camiseta y los pantalones térmicos que los tiraron a lavar, el resto lo metimos en unas naves enormes que hacían la labor de una secadora. Si, solo lavan lo de adentro, lo demás lo secan y pista! Menos mal que de esto nos enteramos justo al final…
Por lo demás el día no dio mucho más de sí, despues de devolver el material fuimos al comedor para tomarnos la última comida militar y tomamos el bus de vuelta a casa. Al llegar, café en el Kåren y a descansar en casa!
Intentando abrir un hueco a paladas en el techo del iglú
It’s time to have breakfast!
Una de las naves que hacían las veces de secadora
El spanish team al completo con el mayor Tony Gustaffson.
Foto familiar, los españoles y Håkan!
Victor Garcia 
Qué bueno todos de blanco!!! Vaya camuflaje militar, sà señor!
Me gustaMe gusta